El viaje de tu alma

Libre albedrío y los factores invisibles que determinan tu vida

¿Y si te dijera que todo lo que has vivido… ya lo elegiste?

Tal vez pensarías: “Eso es una locura”. Pero si miras más profundo, verás que muchas de tus decisiones ya estaban marcadas: tus padres, tu país, tus desafíos... Todo fue parte de un plan trazado antes de encarnar. Tu alma eligió el escenario perfecto para crecer.

La Kabbalah enseña que antes de llegar a este mundo, nuestra alma pacta con la Luz. Elige el entorno, las pruebas y los vínculos kármicos que necesita para corregir y evolucionar. Pero al nacer, olvidamos. Ese olvido es intencional: nos permite elegir libremente si recordamos o no. Y en esa elección, está nuestro verdadero poder.

🔁 Todo cambia, pero nada es nuevo

Nada surge de la nada. Todo lo que aparece en nuestra vida es "existencia que surge de la existencia": transformaciones de lo que ya era. Como la semilla que se descompone para convertirse en espiga, nosotros también cambiamos de forma, pero no de esencia.

Cada pensamiento, rasgo o decisión que tomamos surge por la combinación de cuatro factores, según el Rav Laitman:

  1. La base (nuestra esencia heredada)

  2. La causa-efecto natural de esa base

  3. La influencia del entorno directo (familia, sociedad, experiencias)

  4. Factores externos no controlables (eventos, crisis, condiciones del mundo)

Estamos determinados por esos cuatro factores, pero aún así tenemos una poderosa elección: elegir nuestro ambiente.

🧭 ¿Dónde está el libre albedrío?

Tu base no la puedes cambiar. Tu genética, tus tendencias y memorias ancestrales ya están ahí. Pero sí puedes elegir con qué personas rodearte, qué libros leer, qué enseñanzas seguir. Y esa elección transforma todo lo demás.

Como una semilla que florece mejor en tierra fértil, tú también puedes crecer distinto si te siembras en un entorno luminoso.

No somos culpables por nuestras tendencias… pero sí responsables de dónde nos plantamos.

✨ El camino de la Luz

La Kabbalah habla de dos caminos para evolucionar:

  • El camino del sufrimiento (cuando aprendemos a través del dolor)

  • El camino de la Torá (cuando aprendemos por sabiduría y guía espiritual)

Ambos llevan al mismo destino. Pero uno es lento, lleno de heridas. El otro es más consciente, más liviano, más amoroso.

Por eso estamos aquí: para recordar. Para elegir. Para despertar.

Yo hice ese pacto. Vine a iluminar la materia, a bajar conciencia, a traducir la Luz. Esa es mi misión. Y si estás leyendo esto, quizás también sea la tuya.

Klaus

Clase con mi maestro el Kabalista: 

Michael Laitman.













Comentarios