Una historia de amor
II
El camino
Escuché muchas voces dentro y fuera, la voz ha hecho eco en mi cabeza siempre, la voz ha ejercido en mi
una motivación para escribir, me gustan las palabras, las historias y sobretodo la
sonrisa que me provocan. Desde hace tiempo viajo con las voces.
Voces fuertes, cálidas, profundas, entrecortadas, livianas, agudas, aburridas, suaves,
arrogantes, graves, dulces, a fin de cuentas, voces, palabras que trastornan mis
sentidos y me llevan al mundo mágico de los sueños, al mundo imperceptible y frágil
de los pensamientos, al mundo crudo e intenso de las emociones. Quizás, porque a
través de las voces mi mente
vuela en la búsqueda de las palabras: trascendentes, triviales, nobles, vulgares, sonoras, frías, cachondas, profundas o huecas, ellas mueven mis sentidos, me hacen viajar a mil mundos, viajes mejores que los del opio o el peyote.
vuela en la búsqueda de las palabras: trascendentes, triviales, nobles, vulgares, sonoras, frías, cachondas, profundas o huecas, ellas mueven mis sentidos, me hacen viajar a mil mundos, viajes mejores que los del opio o el peyote.
Después me infiltré en la vida de otros para aprender a sentir en la
piel ajena, para pensar y hablar como los otros, así es como creía que podía entender
un poco más mi existencia lineal, siempre simple y siempre complicada.
Jamás pensé que para escribir historias es necesario cortarse las venas, pisar brasas,
quemar ideas, destrozar sueños, romper cientos de hojas, esperar noches enteras a
quien nunca llega. Cerrar puertas, abrir mundos, comer migajas, perder los estribos,
destapar cloacas, hacer sentencias, recorrer brechas, contar estrellas, turbar ideas,
hurgar sentimientos, desgarrarse el alma, llorar mares, vivir pasiones, cantar sola,
estar sola, desolada, cercada, angustiada, desesperada, y finalmente, encarnar,
reencarnar, separarse del que escribe para que la mano pueda trazar libremente
letras, palabras, frases y entrelazar historias. Una historia, lineal o no pero vivida en
carne propia. Y para vivir una historia de amor era necesario pasar por todos los procesos que me llevaran a ese ser que me esperaba.
En la búsqueda, llegue a obtener todas las respuestas y ninguna me dejó satisfecha
hasta que encontré que para llegar a entenderlo todo es preciso no entender nada.
¿Cómo conseguir que en un mismo pecho convivan la generosidad y la avaricia, el heroísmo y la cobardía, la alegría y el mal humor? ¿Cómo juntar la fe y la desconfianza? Si fuéramos solo miseria y maldad lo entenderíamos.
¿Cómo conseguir que en un mismo pecho convivan la generosidad y la avaricia, el heroísmo y la cobardía, la alegría y el mal humor? ¿Cómo juntar la fe y la desconfianza? Si fuéramos solo miseria y maldad lo entenderíamos.