Libro Tibetano



EL LIBRO TIBETANO DE LA VIDA Y DE LA MUERTE
De: Sogyal Rimpoche
Libro que quiero recomendarles, aunque no es una lectura fácil y ligera en verdad vale la pena leerlo y tenerlo cerca de tí porque en cualquier momento te puede ser de utilidad.
Algunas de las cosas interesantes que encuentras es la com parción del “cuerpo mental” con un caballo, que puede controlarse fácilmente con una brida, o con un enorme tronco de árbol, que puede ser casi imposible de mover en tierra firme, pero que una vez que se hace flotar en el agua, puede dirigirse sin esfuerzo hacia donde uno quiera.
El periodo más poderoso para hacer prácticas espirituales para alguien que ha muerto, es durante los 49 días del bardo del devenir, durante este periodo,
el muerto mantiene un lazo más fuerte con esta vida, lo cual lo hace más accesible a nuestra ayuda. Si ha pasado más tiempo no importa, pero es un poco más difícil pero siempre posible poder ayudarlos.
Nunca es demasiado tarde para ayudar a alguien que ha muerto, por mucho tiempo que haya pasado desde entonces, podemos influir en sus oportunidades de liberación.
La mejor forma de ayudar a una persona que ha muerto consiste en hacer la práctica esencial del PHOWA.
En el Tibet dicen que así como la naturaleza del fuego es quemar y la del agua apagar la sed, la naturaleza de los “Budas” “Maestros ascendidos” “Seres espirituales” es hacer acto de presencia en cuanto alguien los invoca, tan infinito es su deseo compasivo de ayudar a todos los seres.
La intensidad de vuestro amor, y la profundidad de vuestra conexión darán a vuestra invocación un poder adicional.
En el bardo del devenir, la conciencia del difunto vuelve a pasar por la experiencia de la muerte cada semana exactamente el mismo dia de la semana en que se produjo la muerte. Por consiguiente es aconsejable realizar la práctica el mismo día de la semana en que se produjo la muerte.
Otra cosa que puedes hacer cuando os venga a la memoria el recuerdo del ser querido es recitar de inmediato el mantra OM MANI PADME HUM. Es el Mantra del Buda de la compasión, que purifica todas las emociones negativas que son la causa del renacimiento.
No limitareis la práctica a la persona por la que se realiza en especial eta práctica, podéis extender la por personas que murieron hace muchos años, por ejemplo vuestros abuelos y otro familiares o las víctimas de las guerras. Imaginad que vuestra oración se dirige especialmente a quienes perdieron la vida en circunstancias de extrema angustia, pasión o ira.
Imaginaos enorme rayos de luz que emanan de los budas o seres divinos derramando toda su compasión y bendiciones. Imaginaos que esta luz desciende a raudales sobre la persona muerta, purificándola totalmente, liberándola de la confusión y el dolor de la muerte y concediéndole una paz profunda y duradera. Imaginaos luego con todo vuestro corazón y vuestra mente que el muerto se disuelve en luz y que su conciencia ya curada y libre de todo sufrimiento, se remonta para fusionarse indisolublemente y para siempre con la mente de sabiduría de los budas y seres divinos.

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